Desde Nueva Zelanda hasta Quillota fue el viaje que realizó el profesor de Ecología de la Universidad de Lincoln, PhD. Steve Wratten, para participar en el seminario internacional ‘Avances y desafíos del control biológico conservativo en sistemas agrícolas de la región de Valparaíso’. La iniciativa, liderada por el programa Manejo Territorial de Insectos de centro Ceres, tuvo lugar el pasado 28 de noviembre en La Palma con una amplia convocatoria de agricultores de la zona, instituciones públicas y estudiantes.
Con el objetivo de dar a conocer una alternativa ecológica a las plagas que afectan los sistemas productivos en la pequeña y mediana agricultura, el seminario profundizó los beneficios del control biológico por conservación en los agrosistemas. Lo anterior, mediante el uso de insectos benéficos, plantas preferentemente nativas y semioquímicos que mantienen un equilibrio en los ecosistemas al disminuir la utilización de agroquímicos y fomentar el cultivo de alimentos más saludables.
Para la Dra. Marta Albornoz, investigadora de centro Ceres, el encuentro logra difundir la importancia de crear unidades de biodiversidad funcional que cumplan objetivos específicos. “No es llegar e instalar bandas florales, estas son herramientas que le sirven a los agricultores a un bajo costo, a través del uso de plantas que permitan el desarrollo y protección de los enemigos naturales de las plagas, además de incrementar la llegada de polinizadores”, expresó la profesional.
Durante la actividad, participaron un grupo de expertos nacionales que abordaron los desafíos del control biológico conservativo en diversas zonas del mundo y el país, además de las variables que influyen en su desarrollo eficaz, abarcando aspectos sociales, económicos y ambientales. Entre ellos, el uso de semioquímicos, como una alternativa complementaria para la detección, cuantificación y manejo de plagas.
“La ciencia es muy complicada, tiene muchas preguntas, pero el grupo de personas que participaron en el seminario tienen el potencial para convertirse en líderes en esta materia” aseveró Wratten. Además de precisar que “sin biodiversidad, la agricultura depende de químicos todo el tiempo, pero que no se necesita. Hay que entender sus funciones y manipularlas para el beneficio de todos”.